Negociar un despido es una situación compleja tanto para la empresa como para el trabajador. Aunque pueda parecer incómodo, manejar el proceso con empatía y profesionalismo puede ayudar a ambas partes a alcanzar un acuerdo beneficioso. Aquí te compartimos algunos trucos que te ayudarán a gestionar esta situación de manera pacífica y efectiva.
1. Reconoce la Situación Incómoda para Ambas Partes
Negociar un despido no es fácil para nadie. La empresa pierde a un empleado con el que ha compartido tiempo, esfuerzo y recursos, mientras que el trabajador enfrenta la incertidumbre de quedar desempleado. Reconocer que se trata de una situación emocionalmente difícil para ambos ayuda a fomentar la empatía, facilitando un proceso de negociación en el que todos se sientan valorados. Este paso es fundamental para evitar resentimientos y mantener la relación profesional en buenos términos.
2. Considera un Acuerdo Transaccional de Despido
En situaciones donde ambas partes pueden estar de acuerdo, el despido transaccional es una excelente opción. Este acuerdo permite que la empresa y el trabajador lleguen a una resolución sin necesidad de acudir a los tribunales. La empresa ofrece una indemnización a cambio de que el empleado renuncie a futuras reclamaciones legales relacionadas con el despido. Esta opción ahorra tiempo y costos y puede reducir significativamente la tensión en el proceso.
Es recomendable buscar asesoría legal para que este acuerdo sea claro y justo. Como suele decirse: «más vale un mal acuerdo que un buen juicio.»
3. Investiga los Motivos del Empleado
Antes de proceder al despido, es útil entender qué ha motivado la baja productividad o desmotivación del trabajador. Hablar con el empleado sobre sus necesidades o preocupaciones podría abrir una oportunidad para solucionar los problemas sin necesidad de llegar al despido. Quizás un cambio en sus funciones, un ajuste en su equipo de trabajo o un curso de capacitación podrían mejorar su rendimiento y evitar el cese.
4. Revisa las Cláusulas de Confidencialidad y No Competencia
Es importante revisar el contrato del empleado para verificar si existen cláusulas de confidencialidad y no competencia. Estas cláusulas pueden afectar al trabajador una vez que deja la empresa, limitando su capacidad para trabajar con la competencia o divulgar información confidencial. Analizar estas condiciones con el empleado y discutir posibles ajustes es una buena práctica para proteger tanto los intereses de la empresa como los del trabajador. Estas cláusulas pueden ser un elemento clave de negociación.
5. Ratifica el Acuerdo en el Tribunal de Arbitraje
Si el despido se realiza de mutuo acuerdo, es aconsejable ratificarlo en el Tribunal de Arbitraje correspondiente. Esta ratificación convierte el acuerdo en un documento legal oficial, donde el trabajador reconoce la causa del despido y la compensación acordada. Esta medida protege a ambas partes de futuros reclamos y establece un marco transparente y legal para el proceso.
6. Redacta una Carta de Despido Detallada y Correcta
La carta de despido es uno de los documentos más importantes en este proceso. Debe incluir los datos de la empresa, del trabajador, los motivos del despido y cualquier prueba que respalde la decisión de manera legal. Es fundamental que esta carta sea clara y esté respaldada por el contrato de trabajo y el convenio colectivo aplicable. Consultar a un abogado laboralista es muy recomendable para asegurar que el despido sea procedente y para evitar futuros problemas legales.
7. Ofrece un Servicio de Recolocación
Un gesto positivo para despedir a un trabajador es ofrecerle apoyo en su búsqueda de un nuevo empleo. Un servicio de recolocación, gestionado por empresas especializadas, proporciona capacitación y ayuda a los trabajadores a encontrar oportunidades laborales. Esto demuestra empatía y apoyo por parte de la empresa, ayudando al trabajador en su transición hacia un nuevo puesto y fortaleciendo la reputación de la empresa como un lugar que cuida de sus empleados.
8. Evita Simular un Despido
Nunca realices un despido simulado con el fin de «arreglar los papeles del paro». Este tipo de prácticas ilegales, donde se acuerda un despido sin causa real para que el trabajador acceda a beneficios de desempleo, pueden acarrear sanciones tanto para la empresa como para el empleado. Este tipo de acciones perjudican a ambas partes a largo plazo y pueden derivar en consecuencias legales severas.